el 31-10-2019
El Ayuntamiento, el Grupo Ulma y Bidebarri caminan de la mano en el programa Laneratuz
Facilitar el salto al mundo laboral ordinario a aquellas personas que por diferentes motivos de la vida se han visto sometidas a algún tipo de exclusión social. Ese es el objetivo del acuerdo a tres bandas que han refrendado la Fundación Ulma, el Ayuntamiento oñatiarra y Bidebarri, la empresa que desde su fundación, en 1997 de la mano de Cáritas y el Consistorio, ofrece diversos itinerarios de inclusión a personas con dificultades para acceder al mercado de trabajo.
La alcaldesa Izaro Elorza, el presidente del grupo cooperativo, Lander Díaz de Gereñu, y el gerente de Bidebarri, Jon Igartua, estamparon sus firmas en un convenio que apoyará económicamente la contratación del citado colectivo en empresas del municipio con una plantilla inferior a 50 trabajadores. Esta línea de ayudas, dotada de 20.000 euros -Ayuntamiento y Ulma aportan la mitad de la cuantía-, se aplicará en los contratos a personas procedentes de procesos de integración social e inserción laboral durante el periodo comprendido entre 1 de julio de este año al 30 de junio de 2020. Con esta iniciativa, según recordaron sus promotores, se quiere reforzar el desarrollo socioeconómico del municipio y crear empleo.
Otra de bases del programa es el compromiso del Grupo Ulma, a través de su fundación, de contratar temporalmente y en la medida de los posible, a aquellos trabajadores que finalicen el proceso de inserción laboral en la empresa Bidebarri Enplegu Zentroa.
La tercera columna vertebral del proyecto bautizado con el nombre de Laneratuz se centra en el recorrido personalizado que Bidebarri llevará a cabo desde el momento en el que se ingresa en la empresa de inserción hasta la incorporación en el mercado laboral y los meses posteriores a este acceso.
Las tres entidades que capitanean este acuerdo coincidieron en destacar “la importancia” de remar todos en la misma dirección para “la integración social e inserción laboral” de las personas en riesgo de exclusión social. “Desde la Fundación Ulma nos preguntaron el pasado año qué necesidades veíamos para poder avanzar en nuestra colaboración, y constatamos que en la fase final del proceso de inclusión era necesario disponer de un soporte laboral más allá de nuestro centro, donde un trabajador puede estar un máximo de tres años. Creemos que es importante que haya una rotación y se abran puertas al mundo laboral ordinario”, expuso el gerente de la Empresa de Inserción, Bidebarri.
Igartua agradeció la inyección económica al proyecto por parte del Consistorio y Ulma, y animó a otras administraciones públicas a “involucrarse más” con estas iniciativas. Tras la firma del convenio, las bases de las ayudas para la contratación de personas en riesgo de exclusión social en empresas de la localidad con una plantilla menor de 50 trabajadores, se prevén aprobar en noviembre como paso previo a lanzar la convocatoria antes de fin de año.
Fuente: Noticias de Gipuzkoa